viernes, septiembre 23, 2011

[-Otro castillo de naipes-]

Serán solamente palabras. Palabras dolidas, amargas, con rencor, con dolor, con rabia y mil cosas más que no puedo ni describir.

Ha llegado un momento en el que no soy capaz de fingir, de hacer como si nada. Que por mucho que creáis que no me entero de nada, lo hago. No se me pasa nunca lo que esta pasando a mi alrededor, lo que decís de mí, lo que aparentáis ser, las puñaladas que me dais y el cuchillo que escondéis tras la espalda y una sonrisa falsa.

Por mucho que quiera engañarme a mí misma, he vuelto a meter la pata al confiar en gente que no se lo merece. Mi castillo de naipes ha vuelto a caer, sólo que llevaba haciéndolo mucho tiempo y yo simplemente intentaba colocarlo todo de nuevo, sin darme cuenta de que el problema estaba en los cimientos. Ahora ya no creo que haya vuelta atrás, mis momentos de bajón me sirven para darme cuenta de quienes son las personas que estarán allí dónde y cuándo las necesite. Lo único que no perdonaré jamás a nadie de los que me han hecho sufrir alguna vez, es el temor que lograron que tuviese al resto del mundo, el que ahora no me deja poder aceptar que hay personas que de verdad se preocupan por mí, que las tengo para cualquier cosa, tontería o locura, y que sin ellas no sería nada.

Que estoy harta de todo esto, ¿sabéis? Que no os merecéis que me arrastre por vosotros ni una vez más, que aquí acaba todo si soy la única que se ha esforzado en mantener relaciones y amistades con gente desagradecida, egocéntrica, mentirosa y dañina sin saberlo.

Y espero no tener que volver a escribir nada relacionado con esto. No puedo fallar a mis personajillos que día a día procuran que me mantenga en la cima, y que si caigo, estarán preparados para agarrarme, evitar que el golpe duela o volverme a subir en cualquier momento. Sigamos con la filosofía de "Nunca caer ;D". De todas formas "Caer está permitido, levantarse es una obligación (8)".

Ni siquiera os odio tanto como se puede llegar a creer, simplemente quiero a quien se lo merece.

jueves, septiembre 08, 2011

A cielo abierto, contra tempestades.


Y es que, nada puede hacernos decaer cuando estamos ahí arriba.

No hoy, no ahora, no cuando se sabe que siempre hay quien te agarre. Quizás haya vaivenes, por culpa del aire, pero mientras nos queden fuerzas, mientras quede calor, soltemos amarras, abandonemos lastres.

Que no hay nada más, ni abajo ni detrás. 

Simplemente, ECHEMOS A VOLAR.