jueves, abril 26, 2012

Un único segundo

Un único segundo

El tiempo corre. 
Aunque tú estés quieto. 
Es imparable.

¿O no? 
Miras tu reloj. Es antiguo, de bolsillo con su cadena. Las agujas van lentas, muy lentas, mientras imaginas que puedes acelerar su movimiento. ¿Por qué cuando esperas no va igual que cuando desesperas? Observas el cielo, comparas la velocidad de las nubes blancas con la de las agujas oscuras. Ojalá fueran tan deprisa como las nubes. 
No puedes hacer ir más rápido al tiempo. 

Metes el reloj en tu bolsillo. 

Vuelves a alzar la mirada. 
Y echas a correr.